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:: ¡¿¡Estar sol@ con mi espos@!?! ::

  • Paola Gutiérrez
  • 8 sept 2015
  • 2 Min. de lectura

En estas vacaciones tuvimos la oportunidad de ir unos días a la playa. Por diversas circunstancias los planes cambiaron y terminamos yendo sólo la familia, sin amigos ni tíos, primos o suegras... ¡Sólo los cinco!

Quizá para muchos esto no sea algo extraño pero para nosotros, que no habíamos salido solos después de ocho años de casados y tres hijos, ¡fue todo un suceso!

Lo más gracioso es que, llegó un momento en el que hasta me dio un poco de miedo... ¿Qué haríamos tooodo ese tiempo sin otras personas?

¡Cuántas veces nos pasa esto! La verdad es que tener amigos es increíble y más aún cuando son en pareja y tienen hijos con los que los nuestros comparten. Podemos reírnos y disfrutar cuando nos reunimos, nos dan ese aire de novedad al platicar de cosas fuera de nuestra casa o nuestra rutina.

¡Y ni hablar de la familia extendida! Es maravilloso tener tíos, primos, abuelos, hermanos, nuestros papás... Todas esas personas que te aman y que te conocen desde siempre, que te apoyan y con los que cuentas pase lo que pase... ¡Qué hasta te ayudan con los niños!

Pero, ¡es tan necesario estar solos como pareja! ¡Solos con nuestros hijos! ¡Ser realmente una familia!

Siendo sinceros, con nuestros hijos pasamos más tiempo sin otras personas y cada minuto es maravilloso. Pero con nuestr@ espos@, ¡es otra historia!

Lo más interesante de esto es que cuando éramos novios, ¡lo que queríamos era estar solos! Planeábamos cenas románticas, idas al cine, celebrar el mes que cumplíamos, ¡cualquier pretexto era bueno para disfrutarnos!

Con el paso del tiempo, vamos perdiendo el gusto por estar en pareja, necesitamos al compadre o a la amiga para sentirnos felices. ¡Pero hay tantas sorpresas cuando convivimos realmente los esposos!

No nos convirtamos en “roomies” o compañeros de cuarto, en extraños que lo único que comparten es una casa y ciertas obligaciones.

Arreglemos la situación ahora que es tiempo, antes de estar en una cena con nuestro cónyuge y pensar “¿¡¿Qué le platico a este señor(a)?!?”.

Puede sonar gracioso, pero no es tan distante de la realidad que vivimos muchas parejas. Busquemos temas que nos interesen, aprovechemos para platicar de nosotros, nuestros sueños, los problemas, los miedos, ¡recordemos juntos alguna anécdota graciosa!

Hay que darnos tiempo de calidad: tener conversaciones, ser cariñosos, hacer cosas por el otro, no olvidar detalles, ¡avivar nuestro amor!

Algunos consejos prácticos para que aprovechemos ese tiempo:

1) Evitemos hablar del trabajo o los hijos, sé que es una misión difícil pues son los temas de los que más sabemos, ¡pero aprovechemos para conocernos en otros aspectos!

2) El lugar no es importante, no tenemos que complicarnos y salir de casa, lo principal es la compañía.

3) Evitemos distracciones, ¡sobretodo el celular!

Recuerda: trabajemos todos los días para llegar a ser cada vez menos tú, cada vez menos yo, cada vez mucho más NOSOTROS.

Paola Gutiérrez

www.caminandojuntos.net

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