:: Aprender a amar, amando ::
En las vacaciones, tuvimos la oportunidad de hacer un viaje. Fueron unos días increíbles de mucha convivencia entre amigos y, sobretodo, como familia.
Estando en uno de los momentos más mágicos con nuestros hijos, se acercó una señora a tomarse una foto. Para sorpresa de todos, quería la foto CON nuestros hijos. Fue de esos momentos raros en los que no entiendes qué pasa y, si sumamos todo lo que vemos en las noticias y leemos en redes sociales sobre inseguridad, ya se imaginarán nuestras caras. Una de las personas con las que íbamos le preguntó a la señora “¿por qué?”, ella con voz cortada le dijo “yo no tengo bebés”.
Seguían nuestras caras de asombro y se acomodaron los niños para la foto. De repente, la señora comenzó a llorar con tal sentimiento que te dabas cuenta que tenía un gran dolor. Su esposo, emocionado y conmovido se sumó a la foto y nos contaron que no podían tener hijos y, entre llantos de adultos, los niños les dieron un gran abrazo mientras seguían las fotos, que estoy segura valoraron muchísimo.
Les confieso que fue de esos momentos en los que reflexionas mucho. El ver a una persona llorar así me llevó también a algunas lagrimas, pero sobretodo a valorar la gran bendición que tengo. El ser madre o padre es de verdad un regalo que no todos podemos tener. Un regalo que nos enseña a AMAR AMANDO.
Muchas veces perdemos esta perspectiva entre la rutina o la misma vida y sus preocupaciones. Se nos van los días corriendo entre clases, pendientes del trabajo, las tareas, compromisos sociales... y cuando nos damos cuenta, ya es de noche y nos sentimos culpables por no haber pasado mucho tiempo con nuestros hijos.
Nos preocupamos tanto por darles lo mejor, que muchas veces nos olvidamos que lo mejor para ellos somos nosotros mismos. Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos, debes estar presente en sus vidas hoy. Un poco de nuestro tiempo, pero tiempo de calidad con ellos.
Quince minutos al día, sin celular de por medio ni distracciones, para jugar y ser niños con ellos o para platicar de lo que les pasa y sus inquietudes, no importa la edad que tengan. Te darás cuenta que su cambio de actitud es impresionante, ¡inténtalo! Yo misma lo hice cuando estaba escribiendo este artículo y me sorprendí de lo bien que funciona y lo felices que los haces con ese ratito.
Un consejo más, cada uno de nuestros hijos es distinto y único y como tal requiere de nosotros de forma diferente. Trata de darle su tiempo especial. Una idea excelente es una cita sólo con él o ella en la que sus intereses sean lo importante. Verás lo mucho que aprendes y lo conoces, mientras lo haces sentir el más especial del mundo.
¡Pero cuidado! He escrito mucho de darles tiempo de calidad y amor a nuestros hijos, pero debemos estar conscientes de que no podemos dejarnos llevar por la tendencia generacional que existe de ser felices sin imponer límites y sin importar costos. Eduquemos a nuestros hijos con mucho amor acompañado de valores y reglas que les ayudarán a crecer y formarse como adultos de bien, adultos que sepan enfrentar los retos que se les presenten en su vida.
No olvides que el día de hoy no lo volverás a vivir con tus hijos, mañana serán un poquito más grandes de lo que fueron hoy. El presente es un regalo. Besa a tus hijos, abrázalos, disfrútalos, ve sus caritas, sus pies, sus manos. Vive el HOY mamá, lo extrañarás antes de que te des cuenta.
¡Feliz día de las madres!
Paola Gutiérrez
www.caminandojuntos.net