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:: Hijos ¡Sin instructivo! ::


Cuando iba a nacer mi primer bebé una tía me hizo un comentario que en ese momento pensé no tenía lógica. Me dijo: “Nunca has discutido realmente con tu esposo hasta que nacen los hijos”.

No le di importancia, la verdad es que pensé que se trataba de esos consejos que nunca sirven y que eso no me pasaría a mí. ¡Qué equivocada estaba...!

¡Cómo cambia todo después de ser padres! No es queja, al contrario... Es impresionante como una simple sonrisa de un pequeño bebé puede cambiar todo un día, como un balbuceo se puede convertir en las mejores palabras que hemos escuchado, como conoces el amor puro. ¡Son tantas las cosas maravillosas que se viven con ellos!

Pero eso sí, ese cambio también es gigante para un matrimonio. Es una bendición que reciben ambos, con una responsabilidad enorme. ¿Cómo educar a este bebé que nos llegó sin instructivo?

Como lo he dicho antes: los papás somos dos personas diferentes con educaciones distintas que buscamos lo mejor para nuestros hijos, cada uno a nuestra manera.

Así que es de lo más normal que tengamos diferencias al momento de decidir cómo formar a nuestros hijos. Y son discusiones que realmente tienen importancia, en las que sí se necesita llegar a acuerdos y en las que los sentimientos muchas veces nos quieren ganar.

¡Tenemos una responsabilidad tan grande! Y con esa responsabilidad vienen los miedos: a no estar haciéndolo bien, a hacerle daño, a que no sea feliz, incluso al “qué dirán”.

Si presionas mucho a tu hijo lo puedes hacer inseguro, PERO si eres muy consentidor te vas al extremo y lo conviertes en un niño sin educación.

Papá y mamá son responsables de los hijos por igual. Nos corresponde preocuparnos por su bienestar, su salud, su formación y felicidad como un solo equipo.

Tenemos que ponernos de acuerdo en las reglas, límites y manera de educarlos. ¡Este punto sí que cuesta trabajo! Necesitamos platicar, platicar y platicar un poco más sobre lo que debemos o no hacer por el bien de nuestra familia.

Apoyarnos en todo lo decidido cuando estamos delante de los hijos. Si necesitamos comentar algo lo decimos después, cuando estamos solos. No con la familia, ni con los amigos, mucho menos los niños, ¡los dos solos!

Si no estamos del mismo lado, nuestros hijos son quienes sufrirán las consecuencias, ¡ambos debemos tener la misma autoridad y así deben saberlo los niños!

Los consejos son bienvenidos, pero la decisión de tomarlos o no es de los padres y de nadie más.

El diálogo y tener una buena comunicación con cada uno de los hijos es de vital importancia. ¡Darles un momento a cada uno los hace tan fuertes y seguros!

Enseñarles los valores y la forma de actuar con nuestro ejemplo. Las palabras se van con el viento, pero el testimonio te guía, te mueve.

¡No se desanimen! ¡Ninguno nacemos aprendiendo a ser padres! Busquemos cursos, talleres, grupos de papás, libros, artículos... Tenemos mucha información a la mano que puede guiarnos en esta aventura.

Recuerda: desde el inicio de su vida, en la concepción, estuvimos los dos y así debemos seguir toda su existencia.

Paola Gutiérrez

www.caminandojuntos.net

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