:: Cuando amar es una decisión ::
Hoy, al ver la foto de una boda, me hizo reflexionar sobre el amor en el matrimonio. Cuando éste se convierte en una decisión, cuando no es sólo el sentimiento y la emoción que se siente cuando estas frente al altar, con el vestido de tus sueños, guapa, enamorada. Al pasar los años, ese amor se va modificando, va madurando. Muchas veces ya no se sienten esas mariposas en el estómago, las que se sentían cuando éramos novios... Por el contrario, ¡¡¡te dan ganas de meter a tu marido (o a tu esposa) en un frasco gigante y taparlo muy bien para que no salga de ahí durante un tiempo!!! Aquí es cuando el amor se vuelve una decisión. Decides, en principio, no meter a ese ser maravilloso (que tienes ganas de no ver en un tiempo) en aquel frasco. Decides bajar tu mal humor e intensidad. Decides levantarte y salir a caminar juntos, de la mano hasta que ese enojo vaya pasando poco a poco. Decides que, aunque tienen diferencias, seguirás luchando para estar juntos. Decides ser feliz junto a él (o ella). El amor es una decisión que se tomó tiempo atrás cuando te casas, es una decisión que tenemos que recordarnos cada día para que juntos crezcamos, maduremos y enfrentemos los retos que la vida nos va poniendo. ¡Decidamos enamorarnos cada día como si fuera el primero!