:: ¿¡"Vecinos" de cama!? ::
Retomemos el tema del banquete… ¿recuerdas? Decíamos que la entrega sexual de los esposos está llamada a ser como un banquete, no como un plato de comida rápida, ni mucho menos una dieta de morirse de hambre. Y es precisamente en el ambiente conyugal en donde el banquete se realiza de la mejor manera. ¿Por qué? Porque existe totalidad, entrega total que da seguridad. Sí. Seguridad que permite abrirse sin temor a ser abandonado. Seguridad que permite desnudar el alma y el cuerpo sin temor de ser usado. Seguridad emocional, tranquilidad, paz. Entrega total que da certeza a la vida toda. De ahí la importancia de “arropar” el cuerpo de tu esposa o de tu esposo, con la verdad y la intimidad PERMANENTE. Esto ayuda incluso, a que el gozo sexual sea aún mayor. Algunos se preguntarán por qué no hablamos de cosas como técnicas de excitación sexual, posturas, artículos de la sex shop y demás…pero es que eso es totalmente secundario cuando no existe lo anterior. Y es que, ¡qué diferente es hacer el amor cuando este acto es parte de un todo! Cuando es parte de una vida vivida no sólo uno junto al otro como “vecinos” de cama, sino sobretodo, como cómplices, amigos íntimos, compañeros de misión con nuestros hijos, amantes e incluso ¡hermanos! ¡Cuando sabes que vas a despertar y ahí va a estar él, ahí va a estar ella! ¡Cuando sabes que la historia sigue! Cuando esto también se mezcla con lo difícil de la vida, con los problemas personales, con la enfermedad, con las necesidades de los hijos, con el cansancio del trabajo y cuando todo esto se supera juntos. Cuando por las noches, esperas y anhelas encontrarte con esa PERSONA-REGALO, que sabes que te ama sobre todas las demás. No es tan complicado ser felices, en serio no lo es. Y después de esto, cómo no anhelar el abrazo sexual como un signo de amor, sólo de amor. Así, sí es banquete. A eso está llamado el matrimonio, a ser un banquete en esta tierra, que nos prepara para el banquete celestial. El problema viene (ni modo, tenemos que hablar de ello), cuando de parte de uno o de otro, la entrega no es total. Después de lo que hemos dicho, espero que puedas comprender lo grave que es la infidelidad… Al casarte, has dado un salto al vacío. ¡Pero lo has dado, porque el otro lo ha dado contigo! Si fuera sólo de un lado, yo no lo haría. Y claro, al dar ese salto, te haces completamente vulnerable porque estás poniendo toda tu confianza, todo tu ser, tu cuerpo y tu alma en manos de otra persona tan frágil como tú. Sólo piénsalo un poco. Si sólo fuera uno el que entrega todo, estaríamos hablando de un terrible dominio de uno sobre otro. Pero precisamente el matrimonio no es dominio de uno sobre otro, sino ENTREGA TOTAL DE UNO A OTRO. Una mutua y libre sumisión; los dos rendidos por amor. Cada uno comprometido con la felicidad del otro. ¿Te parece irreal? Recuerda tu noviazgo… Eso mismo, pero infinitamente mejor lo puedes experimentar en tu matrimonio.