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:: ¡Yo aquí no duermo! ::


Hace pocos días mi familia y yo nos cambiamos de casa. La emoción de mi hija al ver su cuarto nuevo era enorme. Tenía la sonrisa más grande que se puedan imaginar. Todo era dulzura con su nueva casa, ¡hasta que llegó la noche! Seguimos su rutina diaria de merienda y baño exactamente con los mismos horarios de siempre. Mi marido y yo creímos que, después de un día pesado de mudanza, tendríamos una deliciosa y reparadora noche de buen descanso. ¡Qué equivocados estábamos! En cuanto entramos a su cuarto para rezar y leerle un cuento, nuestra niña volteó con carita de susto y nos dijo: "¡Yo aquí no duermo!". Por supuesto que la única forma en que pudimos dormir fue los tres metidos en la misma cama. Esto me hizo recordar la infinidad de veces que tuve miedo y todo se arregló con un abrazo de mi papá o de mi mamá, todas las veces en que una pesadilla hizo que acabara en su cama haciéndoles pasar noches terribles apretados en su espacio. ¡Qué grande es el amor de los padres que con sólo saber que están cerca de nosotros todo estará bien! Nos hacen llegar a sentir que son súper héroes con súper poderes capaces de arreglar el mundo entero por nosotros. Ojalá tanto mi esposo como yo seamos capaces de lograr ese sentimiento de seguridad y paz en nuestros hijos.


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