:: Lo más preciado ::
"Si quieres que algo dure para siempre, lo tratas de manera diferente. Lo escudas para protegerlo. No abusas de ello. No lo dejas expuesto a los elementos. No lo tomas por algo común u ordinario. Si alguna vez se ensucia, lo pules con amor hasta que brille de nuevo. Se hace especial porque tú lo has hecho especial, y se vuelve más hermoso y precioso con el tiempo". ¡Cuántas veces hacemos esto con las cosas materiales, pero somos incapaces de aplicarlo con nuestra pareja! Nos dejamos llevar por el orgullo y la soberbia, y no queremos aceptar que la persona que esta a nuestro lado (que es la que nosotros escogimos) es más valiosa que cualquier otra persona o cosa a la que le damos más valor. Se escucha decir: "Hay que darle el valor justo a las cosas". ¡Y les inculcamos a nuestros hijos q así lo hagan! Pero hay que profundizar, no quedarnos sólo en lo material. Muchas veces les demostramos lo contrario. Porque no es necesario decírselos, se dan cuenta con nuestras actitudes y palabras del día a día... ¡qué tanto valoramos o le damos su lugar a nuestro cónyuge, a nuestros papás, hermanos, suegros! Hay que tener cuidado. El ejemplo arrastra. Y así como nuestros hijos vean que valoramos o tratamos a las personas que nos rodean, así aprenderán ellos a tratar o a ser tratados. Cada vez el ritmo de vida es más acelerado, más cosas que hacer, más actividades para los hijos, más eventos sociales,... ¡Y descuidamos lo que es realmente importante: nuestra pareja! No esperes a que tu cónyuge no esté ya contigo para valorarlo, cuidarlo y tener detalles. El tiempo no regresa, los remordimientos quedan y el "hubiera" no existe. Valora a tu cónyuge, disfruta con él (o ella) cada momento, cada platica, cada oportunidad, ¡cada día! Recen juntos. Todo lo demás, con la ayuda de Dios, se dará.