: Me cuesta tanto ::
¡Qué difícil ser mamá de mi adolescente! A veces me siento igual de inmadura y de incomprendida que él. Y es que por más que trato de llevar la fiesta en paz, de no perder la cabeza por cualquier cosita que hace o dice, por escucharlo y atenderlo en el momento que me lo pide (aunque sea justo cuando el hermano está llorando o haciendo tarea), por más que intento hacerme de la vista gorda porque no hace lo que le pido o porque lo va a hacer "al ratito", o cuando escucho ese: ¡ashhh!, o ese murmullo o suspiro profundo que quiere decir : ¡¡¡ay como molestas mamáááá!!!... Invariablemente: ¡Exploto! ¡Me enciendo! ¡Me esponjo! ¡¡Ay Dios mío cómo pierdo la paciencia con este chiquillo!!
Hay ocasiones que me lleva al límite, pero muchas otras, la verdad es que sólo está siendo lo que es: un adolescente. Y dentro de todo, ¡es tan buen chamaco! Es buen estudiante, es excelente hermano, es un hijo admirable. Y yo muchas veces soy tan injusta, porque él siempre se lleva la peor parte. A él toca la mamá aleccionadora, la mamá que espera mucho de él, la mamá que sabe lo grande que es y quiere verlo realizado y feliz, la mamá que lo sobreprotegió toda su niñez y que ahora no sabe cómo soltarlo...
Y lo presiono, y le exijo, y le grito de más, y lo hago sentir mal... Y él sólo puede gruñir, y él sólo se traga el coraje, y él sólo "me tira de a loca". Y me pregunto, ¿¿¿como carambas le hago??? ¿Cómo hacerle sentir amado sin ser condescendiente? ¿Cómo enseñarle a ser responsable sin obligarlo? ¿Cómo hacer que se de cuenta de lo importante por sí mismo? ¿Cómo ayudarle sin resolverle el problema? ¿Cómo ESTAR para él con la actitud adecuada justo cuando lo necesita? ¿¿¿Cómo le hago cuando mi cabeza está siendo mamá de otros dos, llevando una casa, siendo esposa, hija, hermana, amiga... ??? Me saturo, me agobio, me exijo... Y al final, sólo queda ponerse en manos de la Virgen, y pedirle que me ayude a seguir su ejemplo de madre; pedirle que esta angustia, esta incertidumbre pase y pueda yo tomar buenas decisiones por el bien de mis hijos. Siempre pensando en ellos y para ellos, hoy, mañana y todos los días...