:: 73 años de casados ::
¡He tenido la gran oportunidad de estar rodeada de matrimonios exitosos! Mis papás tienen 44 años de casados y son mi mejor ejemplo de vida, también admiro a mis abuelos. Y por otro lado, tengo la grandiosa oportunidad de convivir con los abuelos de mi esposo. Unos señores que hasta hace unos pocos meses gozaban de completa salud a sus 95 y 93 años. Una pareja que va a donde sea juntos. Él un señor juguetón y siempre risueño buscando en todo momento que su esposa esté cómoda, feliz. Ella una señora siempre arreglada y dispuesta a acompañar a su esposo, atendiéndole para que nada le falte. Cariñosos los dos impresionantemente. ¡Este año cumplieron 73 años de casados! Se dice fácil, pero dentro de tanta alegría y cariño pasaron por momentos difíciles. Tienen 8 hijos, cada uno con sus retos y alegrías, además de la vida diaria, las épocas, la rutina, el trabajo... ¡Sin embargo se han mantenido unidos y han sido el pilar de unión y reunión de la familia! Hace pocos meses las cosas cambiaron mucho… La abuela comenzó a enfermar y él comenzó a adentrarse en un nuevo mundo, SU mundo. Sin embargo, él se mantiene siempre sonriente y atento a su esposa quien ahora poco quiere caminar y le duele su cuerpo de tantos años de andar. Un sacerdote estuvo con ellos dándoles la bendición para su aniversario y se tomó el tiempo de escribir un poco su experiencia con ellos: El sacerdote le pregunta al abuelo: “¿Te quieres casar otra vez?” Y él contesta “Si es con ella, ¡sí!”, le toma de la mano y la besa. Y vuelve a preguntar “¿Ella te gusta?” “Me encanta”. Y finalmente le pregunta “¿La amas todavía?” y él asegura “¡La adoro!”. Me hace suspirar que a pesar de que ella ya habla poco y sobrelleva sus dolores y él vive en SU mundo, él pueda responder con esta seguridad su sentir por su esposa. 73 años de casados, de compartir tristezas y alegrías que ni la enfermedad ni el paso de los años pueden evitar que el amor sea lo que predomine en su vida, lo que los mantenga unidos. ¡Para mí son un gran ejemplo! Su amor me da el ejemplo de luchar por amar cada día más a mi esposo. Porque el enamoramiento termina cuando llegas a la realidad, cuando nacen los hijos, cuando el trabajo te exige de más... Pero el compromiso, el AMOR VERDADERO y la persona que TÚ escogiste para compartir tu vida es la misma y sigue ahí. Es la misma, pero con más responsabilidades, más años, diferente cuerpo y tal vez con defectos y cualidades más acentuados, pero somos los mismos. El amor es lo que prevalece en nuestra vida y debemos luchar por cumplir con nuestro compromiso de compartir la vida entera. ¡Por qué SÍ SE PUEDE! Luz Ma. Reyes