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:: Mi vida nunca será la misma ::


Cuando mi primer hija tenía días de nacida entendí una verdad impresionante: ¡mi vida nunca más sería la misma! Tenía una bebé que dependía 24 horas de mí para todo. Ya no era sólo yo, ni éramos sólo mi esposo y yo, había una pequeña que requería toda nuestra atención y tiempo. Claro que conocía ese hecho durante todo el embarazo y su planeación. Soñaba con el momento de tener a mi bebé en mi brazos, el ver hecha realidad esa ilusión tan grande con la que había soñado desde niña. Pero no hay nada ni nadie que nos prepare para el momento en que todo se vuelve tan real. Ese momento en el que entre desveladas, dar de comer cada 2 o 3 horas, los cientos de cambios de pañal, las visitas y el cansancio acumulado... Entendemos la responsabilidad gigante que nos ha llegado. ¡Cuándo nos damos cuenta que nuestra vida jamás será la misma! ¡Y eso abruma y mucho! Por supuesto no significa que estemos arrepentidos por ese bebé o que queramos regresar el tiempo. Todo lo contrario. ¡Es sólo que da tanto miedo! Miedo a no saber qué hacer, a que «nuestro tiempo» ya no es nuestro, a que tenemos expectativas muy altas, a no saber qué consejos seguir y cuáles ignorar, a fallar en esta nueva etapa, a nuestra nueva dinámica familiar, al «qué dirán»... ¡Son tantas las cosas nuevas y las incertidumbres a las que nos enfrentamos! Y la verdad es que es completamente normal sentirnos así. Es parte de la adaptación a esta nueva realidad que tenemos. No somos una mala mamá o un pésimo papá por sentirnos abrumados o superados por la situación. Veámoslo sólo como una etapa, un nuevo reto que debemos enfrentar como matrimonio y familia, como un paso más. Aunque no lo creamos en ese momento, poco a poco las cosas se van haciendo más sencillas, las siestas más largas, las noches más tranquilas, nuestra confianza como padres más grande, nuestra dinámica familiar más establecida. Lo mejor de todo es que puedo asegurarte que algún día recordarás estos momentos y te dará mucha risa. El ser padres será un camino que aprenderemos juntos. No es algo que se da la noche a la mañana o que nos llega por arte de magia, ¡es un proceso que vale tanto la pena! Sí, tu vida nunca más será la misma y eso es una bendición y algo por lo que debemos dar gracias. Tendremos alegrías y satisfacciones que nunca imaginamos, aprenderemos a amar de una forma indescriptible, ¡haremos el trabajo más importante de nuestras vidas! Así que si estás pasando por esto, ¡ánimo y paciencia! Recuerda la familia no es algo importante, ¡lo es todo! Paola Gutiérrez www.caminandojuntos.net

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