En el matrimonio: «¡más besos y menos quejas!»
Seamos sinceros, después de casarnos la «luna de miel» no dura tanto como nos cuentan las películas y el «felices para siempre» a veces se siente como una gran ficción.
La rutina, las responsabilidades y los problemas a los que nos vamos enfrentando hacen que la vida maravillosa que imaginamos cuando éramos novios se vea, muchas veces, muuuuy distante.
En nosotros está la decisión de cómo queremos actuar ante estas situaciones.
Así que, ¿por qué no nos motivamos a dar menos quejas y, en cambio, más amor y besos?
Suena cursi, ¡lo sé!
¡Pero de verdad funciona! No se imaginan lo mucho que cambio el ambiente en mi casa cuando comencé a aplicar esta idea en mi matrimonio.
Cada vez que algo me vuelve loca o que voy a quejarme, me detengo y reacciono pensando en todo lo positivo que tenemos.
Después es muy sencillo acercarme a dar un beso, un abrazo o una caricia a mi esposo.
Ya se imaginaran la reacción que tiene la otra persona cuando esperan un reclamo y reciben todo lo contrario.
No digo que ya nunca nos vamos a quejar o a hablar de las cosas que no nos gustan.
Hablo de que cuando estemos enojados pongamos las cosas en perspectiva. ¡A veces nos quejamos de tanto sin importancia!
Busquemos que lo que nos molesta tome dimensión y que las palabras que usemos para comunicarlo sean más amables.
Estamos hablando con nuestr@ mejor amig@, nuestr@ compañer@, nuestro amor no nuestr@ enemig@.
Tratemos de estar más cerca físicamente con nuestr@ espos@, demostrarle nuestro amor antes de nuestro desagrado.
¿De qué sirve trabajar tanto y tener una casa perfecta si no la disfrutamos con quien amamos?
Volvamos a ser un poco como novios, a mostrarnos más cariño, a besarnos, a decirnos «te amo» a cada rato y demostrarnos nuestro amor con detalles. ¡Decidamos amar cada día!
Sí, el matrimonio es a veces difícil pero si ponemos ambos de nuestra parte y comenzamos a fijarnos más en lo positivo, en lo que nos gusta, en eso que nos hizo enamorarnos... No olvidaremos la razón por la que estamos juntos.
Recuerda no se trata de ser perfectos, sino de esfuerzo. Cuando nos esforzamos cada día es cuando vemos la transformación y los grandes cambios.
Paola Gutiérrez
www.caminandojuntos.net
