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:: Solo un beso ::


¿Un beso puede ser un acto de adoración?

¿A quién se adora?

¿Por qué?

En latín la palabra “adorar” significa “en la boca”: dar tu aliento y recibir el aliento del otro. No el mal aliento, o el buen aliento, sino el aliento de vida.

Eso es lo que hace Dios: inspira en el rostro de Adán, en mí rostro, el aliento de vida, como un soplo, como un beso.

Hemos dicho que el cuerpo está hecho para ser imagen visible del amor invisible. El beso, es un gesto del cuerpo que brota del corazón; un gesto que expresa el amor.

Hay muchos tipos de besos, pero si estamos hablando de matrimonio, el beso de los esposos es un gesto que sella una y otra vez su mutua entrega.

A veces ese beso puede rescatar de las situaciones más complicadas, o ayudar a la reconciliación.

Otras veces, puede ser como una palmada en el hombro que nos impulsa a seguir adelante.

Pero también ese beso puede ser un acto de adoración. Sobretodo el beso que se da y que se recibe con honestidad, con totalidad, con respeto y asombro hacia la dignidad y la belleza del otro.

Un gesto de reverencia ante la “tierra sagrada del otro”.

¡Cómo no va a ser un aliento de vida! Un volver a nacer, un sentirme vivo, ¡resucitar!

Recuerdo la escena de Blanca Nieves cuando está en su féretro de cristal. Llegó ahí porque comió de la manzana envenenada y aparentemente murió. Necesitaba de un beso de amor que la resucitara. El príncipe azul fue quien al contemplar su belleza se acercó a besarla y… ¡resucitó!

¿Qué belleza vió el príncipe en ella? Casi apostaría a que vió más allá de su belleza física…

Walt Disney no estaba tan equivocado…

¿Eso solo pasa en las películas?

Definitivamente no. Eso es real. Eso pasa hoy. Eso pasa en muchos, muchos matrimonios. Y eso es lo que nuestro corazón anhela profundamente.

Hemos olvidado la maravilla de besar. Parece que vamos en una carrera para conseguir a toda costa el placer de un orgasmo, y hemos olvidado el profundo placer que da la simpleza de un beso de amor.

Sin exagerar, un beso puede ser un acto de adoración. Un acto de intimidad profunda con el ser amado.

La misma intimidad que Dios quiere comunicarme a través de su aliento.

Elena y Humberto

www.caminandojuntos.net

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