:: El reto: «decir sí» ::
Seguramente han escuchado de este reto: «decir sí a todo durante un tiempo». Lo han hecho gran número de personas, entre ellas actores y famosos, ¡hasta existe una película que trata del mismo!
El otro día me encontré justo con una charla de Shonda Rhimes, una exitosa productora y escritora de tv, donde platicaba su experiencia al hacer este reto por un año.
La verdad yo esperaba que dijera que en ese año creció muchísimo profesionalmente, que vivió grandes experiencias, que venció muchos miedos, que tuvo logros que nunca imaginó...
Pero lo impresionante fue que contaba que lo que más la marcó en ese año y lo que decidió seguir haciendo siempre fue el «decir sí a jugar con sus hijas».
Platicaba que la primera vez que se lo pidió una de sus hijas ella iba al trabajo, con mil pendientes, con prisa y deprimida por la rutina. Tuvo ganas de decirle que iba de salida, que no había tiempo, pero «debía decir que sí, era un reto» y así lo hizo.
Dejó a un lado el trabajo, los celulares, los mails, las preocupaciones... Se sentó a jugar ahí con sus pequeñas, se dedicó a observarlas, a disfrutarlas, a reír por las cosas más simples de la vida.
Decidió vivir el presente con sus hijas y esos minutos de juego le cambiaron su vida.
Me llamó tanto la atención, lo decía tan convencida, que decidí hacerlo. Les confieso, no comencé a «decir sí a todo», pero sí me reté a «decirles sí a mis hijos cada vez que me piden jugar con ellos».
No es que no lo hiciera antes, pero muchas veces lo veía como algo que podíamos hacer después, cuando termináramos deberes, obligaciones, clases, pendientes, cuando hubiera tiempo...
¿Difícil? Al principio sí... A mí me cuesta mucho salirme de mi rutina, de mis horarios, mis perfecciones, mis prisas... Pero no saben todo lo que he aprendido y lo mucho que vale la pena.
He conocido aspectos de mis hijos que quizá no había observado tan detenidamente. Ellos se han acercado más a mí, siento que los he disfrutado más y me han ayudado a relajarme.
Son 15 o 20 minutos los que me piden, los niños de hoy no aguantan mucho con el mismo juego... Pero son 15 minutos de carcajadas, de paz, de escuchar sus ocurrencias, de volverme niña con ellos, ¡de vivir el momento con mis hijos ahora que sí quieren estar conmigo!
Me gusto tanto que convencí a mi esposo de intentarlo, ¡y no saben cómo lo hemos disfrutado juntos!
Suena a algo tan sencillo y básico, pero al mismo tiempo es algo que damos por seguro, que nos da flojera, que pensamos podemos dejar para después, que creemos no es tan importante...
¡Anímate a hacerlo ahora que tus hijos son pequeños! Si son un poco más grandes, haz lo mismo cuando te pidan un tiempo o quieran platicar contigo. ¡Disfruta los momentos, trabajo y pendientes siempre habrá!
Recuerda, tus hijos no necesitan lo mejor de todo, pero sí necesitan lo mejor de ti.
Paola Gutiérrez www.caminandojuntos.net
