:: Consultorio conyugal 2 ::

Antes de acudir al consultorio del médico, es muy importante preguntarse si la relación con nuestro cónyuge es satisfactoria en otros aspectos como por ejemplo: las expresiones de ternura y afecto.

Estos gestos que demuestran el amor al otro, son una base importante para el lenguaje del cuerpo.

¡A veces nos cuesta demasiado expresarnos con un beso o con una caricia y son tan importantes!

Todos necesitamos de esa ternura, que no es una ternura maternal, sino una ternura que nos hace sentir amados antes que deseados.

Hay que aprender a mostrar estos afectos sin segundas intenciones. Y claro, cuando es el mejor momento, permitir que esos gestos sean preparación para que la intimidad sea más gozosa.

¿Cómo te sientes respecto de esto? ¿Estás satisfecho(a) con las muestras de afecto de tu cónyuge hacia ti? ¿Tu demuestras tu cariño de este modo? Recuerda que lo primero que hay que cambiar es a uno mismo. Esperar a que el otro cambie o a que dé el primer paso te amargará la vida.

Otro aspecto importante de la satisfacción en la vida conyugal consiste en compartir gustos o aficiones. En muchas ocasiones los esposos no coincidimos en esto, lo cual no significa que no hay compatibilidad, ¡no!, significa que nuestras diferencias nos hacen complementarios, que nos enriquecemos mutuamente con los intereses, gustos y aficiones del cónyuge. ¿Por qué no hacer un recuento de los gustos e intereses de ambos para coincidir en alguno? Te gusta la jardinería, el deporte, el arte, la lectura, la pintura, la música, la cocina, los toros, el cine….caminar por el campo, salir cuando llueve, ver las estrellas, jugar con tus hijos, orar… ¡Hay tantas cosas sencillas que se pueden compartir! Así es que el primer paso es interesarte de todo corazón por las cosas que le interesan al otro.

¿Qué tiene que ver esto con la relación sexual?

Que gracias a eso, nuestra relación como seres humanos se enriquece, se propicia el diálogo, nos vemos más como compañeros, amigos, nos conocemos más y mejor, aprendemos a tratarnos como confidentes y por tanto a confiar más en el otro, disfrutamos de algo juntos, redescubrimos nuestro amor… ¡¿Cómo no va a ser más gozosa una relación íntima cuando se dan estos elementos?!

¿Por qué?

Porque no podemos olvidar que somos una unidad de cuerpo y alma y amamos en cuerpo y alma. Por eso, como dice la canción de Emmanuel:

“Hay que arrimar el alma Como se arrima leña al fuego Hay que arrimar el alma En cada abrazo en cada beso En los detalles más pequeños Hay que arrimar el corazón Hay que arrimar el alma Como se arrima leña al fuego Hay que avivar la llama Hay que sentir en lo más hondo Para que aflore la belleza Hay que poner la vida entera Para sentir amor... Para sentir amor... Para sentir amor...”