:: Dudar... una gran tentación ::
Siempre hablamos de tentaciones en el matrimonio y le ponemos la figura del sexo opuesto, la cara y el cuerpo de un artista y la cartera y el coche de Slim.
Las tentaciones pueden ser tan obvias como un hombre o una mujer con toda la intención de entrar y destruir un matrimonio o tan sutiles como la duda.
¿Cuántas veces no se destruyen matrimonios por celos sin fundamentos, por inseguridades o simplemente por tener una gran imaginación?
Por supuesto es obvio y natural el cuidar lo que hemos construido en la vida y lo más valioso que tenemos: nuestra familia.
Pero también debemos cuidar la objetividad con la que juzgamos los hechos diarios en nuestra familia.
Si mi espos@ manda mensajes todo el día y yo por eso pienso que tiene una relación con otra persona, pues al mismo tiempo tendría que pensar que si él estuviera haciendo algo malo, seguramente lo haría a escondidas y no estaría escribiendo al lado mío.
Si yo pienso que mi pareja ha estado distante podría yo pensar que no es por que tiene otra relación sino que posiblemente tenga un problema, deudas o problemas en el trabajo.
Creo que dudar y juzgar sin poner del otro lado de la balanza el respeto que siempre ha tenido nuestr@ espos@ en nuestra relación, las señales de que esta con nosotros y no en otro lugar, las horas de trabajo que dedica y el ejemplo que ha dado; no puede ser destruido simplemente por una duda.
Al dudar ponernos en tela de juicio la integridad de la otra persona y en ocasiones eso puede lastimar más que una infidelidad.
Por supuesto todos vivimos en un mundo lleno de tentaciones, pero luchemos por darle la confianza a la persona que vive con nosotros. Claro está, en que está se gana y se construye día a día.
Paloma Liñero
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